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sábado, 15 de abril de 2017

Las Murallas de Lima por Ana María Malachowski Rebagliati



LAS MURALLAS DE LIMA
El Virrey Melchor de Navarra y Rocafull (Duque de la Palata) ordenó en 1684 la construcción de una muralla con el fin de proteger a Lima - que era la ciudad más importante de esta parte del continente - de los piratas que asolaban las ciudades costeras y asaltaban los buques en altamar; fue la unica obra urbanística de la Colonia. Estas eran de adobe, tenían 11 800 metros lineales, de cinco a seis metros de altura y cinco de ancho desde su base y contaba con 34 baluartes y un área de 5,054 600 metros cuadrados. Al inicio tenían cinco portadas de ingreso: la Portada de Nuestra Señora de Guías, Portada de las Maravillas, Portada del Callao (que era la más bonita de todas), Portada de Barbones y Portada de Martinete; a ellas se añadieron otras más como la Portada de Cocharcas, Portada de Juan Simón y la Portada de Guadalupe. Todas estas portadas permitian el acceso y salida de la ciudad. El área que comprendía era la actual Av. Alfonso Ugarte, Paseo Colón, Grau y la margen izquierda del río Rimac. El costo de la construcción bordeó los 700 mil pesos, que fueron financiados por una serie de impuestos especiales ordenados por el Virrey. Según el arquitecto Juan Günther, la obra se hizo con la participación no solo de las autoridades sino tambien con el concurso de corporaciones, gremios, ordenes religiosas, corregimientos y con el aporte de las personas adineradas a las que se les ofreció titulos nobiliarios.
A inicios del siglo XIX se hacen grandes reparaciones en su estructura y en algunas de sus portadas, quedando finalmente con diez puertas de ingreso, estas nuevas fueron: la Portada de Monserrate, la Portada de Santa Catalina, la Portada de San Jacinto.
Finalmente, Lima nunca fue atacada por piratas, pero las murallas sirvieron para controlar mediante peajes en las entradas el ingreso de personas y mercaderías a la ciudad. Raúl Porras Barrenechea mencionó que "murió virgen de pólvora".
Durante el siglo XIX, durante el gobierno de José Balta en 1868, la muralla fue demolida para ampliar la ciudad. En la ciudad se produjo una epidemia que afectó a la población por lo que todos los consejos medicos apuntaban a que la muralla tambien traía perjuicios para la salud pública.
Para llevar a cabo la demolición se contrató al norteamericano Enrique Meiggs quien salió beneficiado con el bajo precio de los terrenos en muchas zonas que poco después aumentaron su valor.
Por donde estuvo la muralla se construyeron avenidas como la Grau que sigue la ruta exacta por donde estaba la muralla; otras fueron el Paseo Colón y la Av. Alfonso Ugarte.
Bibliografía:
Blog Juan Luis Orrego Penagos
Blog Lima la Única
Leguía, el Centenario y sus monumentos/Lima 1919 - 1930, Johanna Hamann

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